Jaime Sabines Gutiérrez (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; 25 de marzo de 1926 – Ciudad de México; 19 de marzo de 1999). Fue un poeta y escritor mexicano, el más entrañable de los poetas de México, lega eso en su poesía: las entrañas de la piel, las entrañas del ser. Surge diciendo cuanto se encuentra en el fondo y cómo se encuentra en el fondo (de una manera vital y desgarrada) de los hombres y diciéndolo bien.
No pacienta entre la liviandad del espíritu sino que se apropia el heno de la carne. Le importa la terrenalidad en cuanto ámbito que es de la pasión, de la expresión de la construcción de los hombres y las mujeres. Sus demonios y sus aspiraciones son aquellos derivados de la misma pasión, fuente donde vive y vibra la fidelidad a los instintos, a los instantes, tabla verdadera de salvación y de la realización.
Fue hijo de Julio Sabines, quien emigró del Líbano en 1902. Don Julio llegó a Chiapas en 1914, ahí conoció a Doña Luz Gutiérrez, hija de una familia burguesa de la zona y posteriormente madre de Jaime Sabines.
Jaime Sabines tuvo una infancia normal, fue jugador de trompo, canicas y basquetbol. Declamador desde la primaria, lo fue oficialmente en la secundaria.
En 1945 viajó a la Ciudad de México para comenzar sus estudios como médico, pronto se dio cuenta de que la carrera de medicina no era para él, en ese momento es cuando comienza su carrera de escritor. Regresó a Chiapas por una corta temporada y estuvo trabajando en la mueblería de su hermano Juan.
En 1953 se casó con Josefa Rodríguez Zebadúa con quien tuvo cuatro hijos: Julio, Julieta, Judith y Jazmín.
Falleció el 19 de marzo de 1999 en la Ciudad de México, víctima de cáncer, a la edad de 72 años.
Bibliografía: ConsejoEstatal para Las Culturas y las Artes de Chiapas
Unidad de informática. Chiapas México 2012
Sus Obras:
Lento, amargo animal
Yo no lo sé de cierto
Los amorosos
Entresuelo Horal Uno es el hombre
Yo no lo sé de cierto, pero supongo
Me gustó que lloraras
Es la sombra del agua
Mi corazón emprende
Miss X
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En los ojos de los muertos
En la sombra estaban sus ojos Te desnudas igual que si estuvieras sola
Los he visto en el cine
Tía Chofi A estas horas, aquí No quiero paz La cojita está embarazada
Ésa es su ventana
Sigue la muerte
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Tarumba
A la casa del día
Ay, Tarumba
La mujer gorda
En este pueblo, Tarumba
A caballo, Tarumba
Después de leer tantas páginas…
Oigo palomas en el tejado del vecino
¿Qué putas puedo puedo hacer con mi rodilla? La primera lluvia del año
Amanece la sangre
Duérmete, mi niño
La procesión Dice Ruben Ocurre que la realidad Soy mi cuerpo
Aleluya
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La tarde del domingo
Te quiero a las diez de la mañana
¿Es que hacemos las cosas sólo para recordarlas?
Si hubiera de morir
¿En qué callejón
En el estadio de la ciudad
A medianoche
Hay un modo de que me hagas completamente feliz
Con la flor del domingo
Ocurre que la realidad Soy mi cuerpo
La procesión Dice Rubén Ésa es su ventana—
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Tu cuerpo está a mi lado No es que muera de amor
No es nada de tu cuerpo Me doy cuenta de que me faltas He aquí que tú estás sola He aquí que estamos reunidos Igual que la noche Ahora puedo hacer llover
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Cuba 65
Espero curarme de ti ¡Qué costumbre tan salvaje… Cuando tengas ganas de morirte Te quiero porque tienes las partes
El mediodía en la calle
Esta mañana imaginé mi muerte
Pétalos quemados
Cuando estuve en el mar
Me dueles Canonicemos a las putas
Autonecrología
Soy mi cuerpo
Me preocupa el televisor Para hacer funcionar a… Pensándolo bien…
Cantemos al dinero
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Doña Luz
Tlatelolco 68
Como pájaros perdidos
He repartido
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El peatón
La luna Tu nombre
Sísifo
¿Nocturno?
Todo me lo has dado, Señor
Estoy metido en la política
Me encanta Dios
A estas horas, aquí
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Uno es el poeta. Antología.
140 págs. Edición de Carmen Alemany Bay.
Visor Libros. col. Visor de poesía
Jaime Sabines era de esos escritores convencidos (aunque es suya la frase <<No quiero convencer a nadie de nada>>) de que la poesía es emoción y de que el poeta, desde la autenticidad poética siempre, tiene el deber de transmitir esas emociones. <<No sirve esconderse tras una máscara>>: hay que enfrentarse a lo que ofrece la vida y a lo que nos quita la muerte sin que el verso pierda el asombro virginal al hablar de estos temas poéticos. Sin duda, en sus más de treinta años de escritura nos ha enseñado a través de las palabras que, dodne hay vida, hay poesía. Nacido en el estado de Chiapas, en el sureste de México en 1926, y fallecido en el último año del siglo XX en Ciudad de México, Jaime Sabines nos ha dejado un legado literario que en pocos lectores de poesía en habla hispana han podido descubrir. Sus libros no traspasaron en muchas ocasiones las fronteras mexicanas, a pesar de que, como ha dicho José Emilio pacheco, es uno de los escasos poetas mexicanos que verdaderamente han hecho una obra, y que, sin duda, muchas de sus composiciones están entre las mejores de la lengua española..
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